[Senderismo] Vega de Tahíche – Nazaret
Fotos: Irene González
Pasando el pueblo de Tahíche, en dirección a Teguise, Lanzarote esconde un sendero de alrededor de 7 kilómetros (ida y vuelta) que muestra a las claras los vestigios históricos de la cultura del agua de la isla enmarcados por retales de coladas de lava surgidas en la erupción que tuvo lugar entre 1730 y 1736.
Antes de llegar al pueblo de Las Cabreras, a mano izquierda nos encontramos (dirección Arrecife-Teguise) el conjunto de casas conocido como ‘Diseminados de Tahiche’. Es este punto geográfico de la isla comienza esta ruta de baja dificultad que esconde muchas sorpresas. En realidad, vamos a seguir el transcurso de la Calle los Cuervos, que aunque no lo sea, así aparece nombrada en los gestores de mapas en línea.
El sendero rodea la Montaña de Ubigue. A la ida, el promontorio lo tendremos siempre a nuestra derecha, mientras que a mano izquierda visualizaremos la colada volcánica y la vegetación característica que de ella emana. Al fondo tendremos en todo momento la Montaña de Zonzamas y sus excavaciones arqueológicas (si quieres conocer más sigue este enlace), las cuales se podrían incluir en el camino para aquellos senderistas que quieran doblar el kilometraje de la ruta.
En la toponomia de Lanzarote, una vega es una zona de cultivo de gran extensión y de propiedad comunal. Llama la atención el gran número de vegas y veguetas de Lanzarote. Según el diccionario de Toponimia de Lanzarote “la que más, sin duda, de todo el archipiélago, y eso porque su geografía es la que proporciona mayor número de terrenos con las características que al término vega le otorga el Diccionario de la lengua española: «parte de tierra baja, llana y fértil”.
Antes del primer kilómetro de camino nos encontramos con el primer vestigio de la cultura del agua de la isla. Una especia de paredón de piedra que cruza toda la colada de lava, pareciendo que la detiene de continuar, y que resulta espectacular a los ojos. Además, sirve de pasarela para adentrarnos en la negrura espesa del volcán, cosa que es muy recomendable.
Muy pronto nos daremos cuenta de qué se trata este muro. Durante todo el trayecto van apareciendo pequeñas construcciones similares, algunas derruidas, otras sepultadas por la tierra, pero todas de mismo impacto visual. Rodeando la montaña, dejando atrás Zonzamas, y teniendo en nuestra vista siempre las montañas de San Bartolomé, al llegar al punto de vuelta nos topamos con la sorpresa y el punto fuerte de este sendero: el Acueducto de Nazaret. Esta construcción servía para transportar el agua desde Famara a Arrecife por una red de canalizaciones de las que el muro que nombrábamos anteriormente también formaba parte. Es espectacular pensar el ingenio de los lanzaroteños para sobrevivir. En este artículo puedes leer más sobre el Acueducto y la cultura del agua de la isla.
Tras disfrutar de los arcos del acueducto continuamos hasta llegar a la antigua quesería artesanal, por desgracia ahora ya cerrada. Con suerte, se puede encontrar a su dueña regando su cosecha, oportunidad perfecta para hablar con ella y adquirir, además, algo de esa sabiduría que otorga el tiempo. Después de esto, a la vuelta, todo cambia de lugar, pero permanece en el mismo sitio. Otros 3,5 kilómetros de disfrute por los parajes de Lanzarote.
Cómo llegar
Tan solo un kilómetro después de pasar el pueblo de Tahíche, a la izquierda se encuentra los ‘Diseminados de Tahiche’ junto a la Montaña de Ubigue. Al entrar en esta calles de tierra, dejamos el coche en la última de ellas y comenzamos desde ahí la ruta a pie.
Duración
La ida y la vuelta suman un total de 7 kilómetros. Con las obligadas paradas para disfrutar el paisaje y tomar fotografías, puede tomar unas 2 horas.
Dificultad
Baja. Es apto para familias y todo tipo de personas.
Recomendaciones
Llevar agua, calzado adecuado para caminar por terreno irregular y cámara de fotos. No se debe pisar aquellos lugares donde haya líquenes y mucho menos arrancar muestras de vegetación.