Descubre las rutas de senderismo del norte de Lanzarote y La Graciosa
Texto e infografías: Turismo Lanzarote
La isla ofrece recorridos muy técnicos, por tierra, lava o picón, donde disfrutar de su costa salvaje, de sus riscos y del calor que desprende la tierra en todo momento.
Seguimos de senderismo por nuestra maravillosa isla y en esta ocasión les proponemos 2 rutas por el norte de Lanzarote y una ruta en la octava isla. Nos adentraremos en el Camino de Los Gracioseros, ruta que era usada antiguamente para el intercambio social y comercial entre La Graciosa y Haría, llegaremos hasta el Volcán de La Corona y recorreremos todo el litoral de la isla de La Graciosa.
1) Camino de Las Gracioseras
A la salida del pueblo de Yé, en dirección a Guinate, nos encontraremos un desvío hacia el Mirador del Río. Unos 300 metros después llegaremos al hotel rural Finca La Corona, zona en la que podremos estacionar nuestro vehículo para comenzar la ruta a pie. Seguiremos la vereda de piedra natural y cinco minutos más tarde llegaremos a un coqueto mirador desde donde contemplaremos la estampa del Archipiélago Chinijo.
Desde el mirador y si miramos hacia abajo, se percibe con nitidez el camino de zig zag que nos llevará hasta la Playa del Risco. Se trata de un sendero bastante sencillo, pero se hace exigente a nivel físico por la fuerte pendiente, pasando en poco espacio de tiempo de los 600 a los 0 metros a nivel del mar.
Caleta de Sebo Tardaremos unos 45 minutos en alcanzar el final del sendero para situarnos a pies de la Playa del Risco, con sus tranquilas aguas y la calidad de su arena. La estancia en la playa es ideal para visitar las Salinas del Río, las primeras de las que se tiene constancia en Canarias. Y tras disfrutar de una de las zonas más tranquilas, es momento de comenzar el ascenso hasta nuestro punto de origen.
Es un sendero con mucha historia al ser una ruta que antiguamente servía para el intercambio social y comercial entre La Graciosa y Haría. Las mujeres gracioseras transportaban por esta zona cestos cargados de pescado y sal, productos que intercambiaban por otros de primera necesidad.
Puedes conocer más sobre su historia en este artículo.
2) Yé– Volcán de la Corona
Se trata de una ruta ideal para toda la familia y en la que pueden participar los niños por la sencillez de la misma. La comenzaremos en el pueblo de Yé, afrontando desde los primeros metros una ligera subida que nos permite disfrutar en cualquier dirección de las espectaculares panorámicas que nos ofrece este sendero.
Atravesaremos cultivos de higueras y viñas, una de las notas predominantes de la zona norte de Lanzarote. Después de unos veinte minutos de camino, tras afrontar un ligero desnivel en la parte final, nos encontraremos con el sendero de La Corona. Desde ese momento comenzaremos a ascender a lo más alto del volcán. Desde la cima contemplamos hacia el norte la inmensa costa y el Roque del Este, los viñedos que hemos dejado atrás o la costa de Mala y Arrieta.
Como sugerencia, aunque con mucha más dificultad, está la posibilidad de bajar al interior del cono volcánico, donde disfrutaremos de un momento de tranquilidad único. Es muy importante tener en cuenta la fuerza del viento que sopla durante todo el año en esta zona y los pequeños desprendimientos que se producen al caminar por el volcán.
3) Caleta de Sebo – Montaña Amarilla (La Graciosa)
La Graciosa es un paraje natural de una belleza y encanto muy peculiar. El barco que nos lleva desde Órzola hasta La Graciosa nos dejará en el muelle de y desde allí en dirección oeste comenzaremos nuestra ruta por todo el litoral de la Octava Isla. Durante los primeros minutos de nuestro camino y siempre a nuestra izquierda podremos contemplar el imponente Risco de Famara.
Nos encontraremos con la playa de El Salado, después de unos 20 minutos de camino, y poco después nos toparemos con la playa de La Francesa. Sus aguas cristalinas nos invitan a un baño, aunque lo recomendable es esperar a llegar al final de nuestra ruta donde se encuentra la playa de La Cocina.
Se nos presentan dos alternativas para alcanzar Montaña Amarilla. La primera es bordear la costa en destino a este enigmático peñón o cruzar por un camino claramente visible al final de esta playa. Tras superar esta pequeña cota disfrutaremos de la explosión de colores de Montaña Amarilla, su base es de color mostaza y se combina con el granate de la zona más alta.
Después de darnos un baño en sus cristalinas aguas es momento de regresar al pueblo, teniendo la posibilidad de degustar la gastronomía típica de la zona. No nos podemos marchar de La Graciosa sin probar su pescado fresco, un pescado que capturan a diario las personas que residen en este lugar.
