Ray Zapata toca el cielo desde el “suelo” de Lanzarote
Vídeo e imágenes: Turismo Lanzarote
El atleta Rayderley Zapata conoció la gimnasia gracias a que sus hermanas le llevaron a una de las exhibiciones que se celebran cada año en Lanzarote. Quedó seducido por esta disciplina y tras iniciarse con el Servicio Insular de Deportes fue el Club Isla de Lanzarote el que vio su potencial y desde entonces son los colores que ha defendido en competiciones nacionales e internacionales.
Con varias medallas en competiciones internacionales y la visita a los JJOO de Rio 2016, Ray Zapata ha colocado a España y la isla de Lanzarote en la final de suelo en Tokio 2020 donde este domingo ha conseguido la medalla de plata en la especialidad de Suelo. La imagen del babero de su hija, que le sirvió como amuleto, le ha acompañado durante toda la competición. Casi de manera premonitoria, su primogénita se llama Olympia.
El gimnasta ha tenido que superar duros momentos durante estos años, en los que ha estado en Barcelona y Madrid lejos de la familia y amigos, pero personas como el también olímpico español, Gervasio Deferr, han sabido animar y apoyar al deportista lanzaroteño. Deferr, además de ser su entrenador también es uno de los referentes de este deporte y una de las personas que inspiró a Ray a luchar por alcanzar sus sueños. Este domingo se le ha visto llorar en directo durante la retransmisión televisiva del éxito de Zapata.
Zapata tenía claro que en la gimnasia no hay regalos y todo lo que se consigue es a base de sacrificio, constancia y trabajo y ni tan siquiera eso te asegura el éxito porque una lesión o un fallo de concentración durante un ejercicio, destruye el trabajo y la dedicación de varios años. Esta disciplina le ha servido a Ray para aprender unos valores más allá del deporte y para demostrar a los que dudaban de su compromiso que sí ha podido conseguir todo lo que se ha propuesto en la vida.
Lanzarote sigue estando muy presente en la vida del gimnasta español y cada vez que puede se escapa unos días para descansar y visitar a su familia. Desde hace varios años realiza un campus en navidades con el Club Isla de Lanzarote en el que intenta inculcar sus conocimientos a los jóvenes gimnastas de la isla para que puedan lograr en un futuro objetivos tan ambiciosos como el estar en unas olimpiadas. Ahora, la próxima vez que visite la isla vendrá con su medalla de plata colgada al cuello.