Control ciudadano y espacios íntimos este miércoles la Muestra de Cine de Lanzarote
‘El piso del viento’ de Gustavo Fontán y Gloria Peinado, ‘All Light, Everywhere’ de Theo Anthony, son las películas que se podrán ver hoy en El Almacén, en Arrecife, a las 19.00 y 21.00 horas respectivamente.
Ambas películas proponen una particular concepción del cine puesto que lo usan para ampliar los parámetros de la realidad y registrar o dar testimonio de algo necesario. En este caso, las dos son del año 2021 y tratan temas acuciantes de nuestra época.
La película de las 19.00 horas, ‘El piso del viento’ está dirigida por Gloria Peirano y Gustavo Fontán, cineastas argentinos. La película cuenta cómo una pareja recibe en una vivienda vacía que se encuentra en venta o en alquiler, a numerosos amigos para que opinen sobre las posibilidades del espacio. En cada respuesta se revelan sorprendentes universos propios y una original visión de la arquitectura y del hogar.
‘El piso del viento” plantea una pregunta sencilla: ¿cómo se habita una casa o una vivienda?. Una respuesta no tan fácil de plantear pues cada persona, cada carácter, cada individuo o cada sujeto puede dar una contestación diferente según sus valores, intereses, motivaciones y recuerdos. El mismo espacio habitable es por tanto un espacio múltiple y polivalente; ese es su carácter mágico: su dimensión de amplia diversidad según quién lo habita.
La sesión de las 21.00 horas es la de ‘All Light, Everywhere’ del director estadounidense Theo Anthony. En ella se cuenta cómo a lo largo de las últimas décadas, centenares de millones, si no miles de millones de cámaras de vídeo se han colocado por el planeta para registrar todos y cada uno de los aspectos de la realidad: desde los más pequeños a los más grandes.
Todo queda subsumido hoy bajo un régimen de visión que hubiese sido impensable e inaceptable hace tan solo dos décadas. Registro, seguridad, testimonio, archivo o seguimiento son palabras que quedan asociadas a este proceso de visión que permite que el mundo entero esté supervisado en todo momento. Este régimen visual no es, sin embargo, neutro, sino que responde a una historia de control ciudadano meticuloso y preciso; un poder que va más allá de quien maneja las cámaras para convertirse en una forma generalizada de vida dominada.