El streaming, el salvavidas de la industria musical
2021 fue nuevamente un año favorable para la industria musical. Según el último informe elaborado por la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI, por sus siglas en inglés), los ingresos de la música grabada a nivel mundial ascendieron a 25.900 millones de dólares estadounidenses el año pasado, esto es, casi un 18,5% más que los 21.900 millones alcanzados en 2020. La industria de la música encadena así su séptimo año consecutivo de crecimiento, luego de casi dos décadas de descenso paulatino.
Paradójicamente, la transición a la era de la distribución digital ha propiciado tanto el declive de la industria musical como su revitalización. Tras la época dorada del CD, que impulsó los ingresos de la música a niveles sin precedentes durante la década de los noventa, la llegada del MP3 y el intercambio de archivos sacudieron a la industria musical como un terremoto. Entre 2001 y 2010, las ventas de música en formato físico se redujeron más de un 60%, de 23.300 millones a 9.100 millones de dólares. En ese mismo periodo, las ventas de música digital (incluyendo el streaming) pasaron de cero a 4.300 millones de dólares, lo cual no fue suficiente para compensar la caída de las ventas de CD.
La industria musical tocó fondo en 2014, cuando la facturación total fue de 14.100 millones de dólares, su nivel más bajo en 20 años. No fue hasta la aparición y adopción generalizada de los servicios de streaming que la suerte de la industria discográfica volvió a cambiar.
Tras algunas reticencias iniciales para acoger los servicios de streaming, tanto los sellos discográficos como los artistas parecen haber seguido el ejemplo de los consumidores, aceptando que el futuro de la música está en la distribución digital. El año pasado, el segmento digital representó la mayor parte de los ingresos de la música en todo el mundo, con los servicios de streaming representando por sí solos el 65% del botín.