> Nosotros y nuestro género
Cerraba este domingo la sexta edición de ‘Palabras al vuelo’ dejando para el final su plato fuerte. Al menos uno de ellos porque la edición de este año, según se podía escuchar en los corrillos posteriores, no ha flaqueado por ninguna de sus aristas. Ni por ninguno de sus artistas.
La cita era en el teatro de Tías y alrededor de 200 personas se congregaron para escuchar lo que Alberto García Sánchez tenía que contarles. El narrador, actor, autor y director de teatro nacido en Barcelona y afincado en Bélgica estrenó en español, en Lanzarote, su premiada obra ‘Ella y mi género’. Por ella, escrita originariamente en francés, recibió el premio Molière en el año 2011.
En principio, la contienda se presentaba complicada porque ¿con qué derecho habla un hombre de la condición de ser mujer? ¿No es eso mansplaining? García Sánchez, se detuvo a explicar al principio de su actuación cómo llegó a tomar la decisión de atreverse a atacar con palabras el tema de la situación de las mujeres. “Surgió en una conversación con amigas, pero al hablar del asunto no sólo estaban allí mis amigas, comenzaron aparecer otras mujeres, todas las mujeres, mi madre, mi abuela al lado de Simone de Beauvoir, Emma Watson, todas”, dijo. En esa conversación, alguien le propuso que creara una obra que tratara los problemas que deben afrontar las mujeres.
En ese momento, tras muchos sudores fríos se durmió y soñando descubrió que había despertado dentro del cuerpo de su mujer y su mujer dentro de su cuerpo de hombre. Por lo tanto, ayer no vimos a Alberto García Sánchez sino a su esposa. La soltura con la que se desenvolvía en el escenario, creando con movimientos, sonidos y palabras salas de hospital, palacios en medio del bosque, hasta cónclaves de dioses y de almas jugando a la ruleta de la fortuna, hicieron de la esposa de García Sánchez la guinda perfecta al festival porque como ella misma dijo, él mismo, bueno, el otro dijo “la experiencia es algo muy útil que no sirve para nada”.
Ahora hablando (más) en serio, la exposición de García Sánchez, nunca falta en humor y en ironía, es una coctelera. “Qué mejor que hablar de mujeres en un pueblo que se llama Tías”, afirmó. La crítica al papel de las mujeres en el mundo, papel otorgado siempre por el hombre, desde la perspectiva de un hombre en el cuerpo de una mujer resulta esclarecedora y empática. Las heridas son de todos. Los problemas que deben afrontar las mujeres no deben ser sólo problemas de las mujeres.
La última vez que Alberto García Sánchez estuvo en Lanzarote, también en Tías, fue hace 28 años. Que la espera no vuelva a ser tan larga debieron pensar muchos de los asistentes. ‘Palabras al vuelo’ seguro que lo logra rescatar antes de que pase otra vez tanto tiempo.