Armando Ravelo: “En estos momentos son necesarias personas dispuestas a comprometerse por ideales nobles.”
Armando Ravelo presentó la semana pasada en la Casa del Miedo, su primera novela ‘Doramas, bajo los pies de nadie’. La historia se sitúa en el siglo XV en una isla de Canarias. Hablamos con el autor sobre la misma y sobre la continuación del Proyecto Bentejuí a través de este libro.
Un joven decide rebelarse contra los poderosos de su isla. Es un buen punto de partida para el desarrollo de la novela, ¿tiene algo que se pueda extrapolar al momento actual? Incluso a cualquier momento histórico.
Sí, Doramas representa al inconformista, al que no se siente a gusto con su sociedad y trata de cambiarla. Es un rebelde con causa y toma decisiones que cambian su entorno. En estos momentos son necesarias personas con esta visión de las cosas, sobretodo dispuestas a comprometerse con acciones motivados por ideales nobles.
No se nombra isla alguna, ¿históricamente podría haberse desarrollado la historia en cualquiera?
La historia se desarrolla en Gran Canaria, aunque cada isla tuvo a su referente en la resistencia. La gran diferencia con Doramas es que él surge del pueblo, su origen es humilde y sus primeros enemigos son los propios dirigentes canarios.
De alguna manera, este libro sigue la corriente de Proyecto Bentejuí.
Forma parte del proyecto, es una pieza más del engranaje. Una vez ha salido a la luz siento que encaja perfectamente y mucha gente que la ha leído y ha visto las películas entiende que todo forma parte de un mismo universo.
¿Crees que la cultura y la historia canaria tiene la presencia que se merece en la ficción? ¿O a veces reuímos de ella?
Cada vez más gente coge consciencia y está aportando, especialmente en la literatura. El cine es tan difícil de ejecutar logísticamente que los casos son menores, pero se va abriendo camino. Hasta ahora no había sido así, un síntoma más de la desidia cultural en las islas con honrosas excepciones.
Escribir para la pantalla no deja de ser una de las formas de contar historias. ¿Desde cuándo decidiste que también querías escribir para ser leído?
Siempre escribí literatura pero no me animaba a publicar. Me daba vértigo. Es curioso porque con el cine no me pasaba lo mismo. Escribir un guion tiene poco de literatura, ya que escribes de forma muy práctica para todo un equipo que debe interpretar el libreto para ejecutarlo. Escribiendo la novela sentí una libertad creativa que nunca había sentido.
Doramas está siendo uno de los libros mas vendidos de Canarias, ¿cómo sientes que se está recibiendo la novela?
No esperaba la acogida que está teniendo, los buenos comentarios que están llegando. Uno escribe para ser leído y sentir que te leen y llega, es una experiencia que reconforta sin henchir el orgullo porque sabes que aún tienes todo por aprender.