Por qué Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña de Gran Canaria son Patrimonio Mundial
Tras su destierro en la isla e Fuertventura, Miguel de Unamuno visitó la isla de Gran Canaria y sobre la caldera volcánica de Tejeda dejó escrito que era una “tempestad petrificada”. En el día de ayer la UNESCO declaró al paisaje natural de Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña de Gran Canaria como Patrimonio Munidal de la Humanidad.
La UNESCO define paisaje cultural como una obra conjunta creada por la naturaleza y por la influencia del ser humano. La cultura aborigen canaria tienen ahora el provechoso respaldo de este nombramiento para su reconocimiento internacional. ¿Por qué debía ser Patrimonio Mundial?
1. Porque naturalmente es un enclave espectacular que abarca un inmenso espacio de 18.000 hectáreas coronados por los imponentes roques Nublo y Bentayga.
2. Porque se trata de un lugar indispensable para comprender la cultura aborigen canaria y sus espacios ceremoniales al aire libre. El pueblo canario vivió aislado durante quince siglos.
3. Porque los bereberes llegaron a Gran Canaria en el siglo I, procedentes desde el norte de África. Durante su estancia acabaron formando pueblos trogloditas en cuevas. Estas cavidades eran en su mayoría naturales, pero muchas de ellas eran obras artificiales que construyeron a pulso horadando el volcán.
4. Porque en la zona se encuentran vestigios claros de una cultura aislada y posteriormente sometida por la conquista castellana de Canarias (silgo XV).
5. Porque existen grabados rupestres, inscripciones en líbico-bereber y construcciones realizadas bajo una vida de subsistencia: recintos para guardar animales (cabras), silos para guardar el grano y muros para elevar del suelo su agricultura.
6. Porque, como remate a todo el conjunto, en la zona se encuentra el complejo sagrado de Risco Caído, un lugar diseñado para la observación del cielo, muy importante en la visión del mundo que tenían los antiguos canarios.
Risco Caído fue descubierto por el arqueólogo Julio Cuenca. Está situado en el municipio de Artenara. En una de las cuevas del conjunto se encuentra un majestuoso almogarén, término específico de la toponimia de Gran Canaria que hace referencia a lugares en que los aborígenes hacían sus prácticas rituales y religiosas. Los moradores no disponían de herramientas de metal, aún así pudieron construir una cúpula de cinco metro de altura que dispone una entrada de luz solar que, según los arqueólogos, podía servir de marcador astronómico para conocer las épocas del año y así organizar el calendario de cosechas. Decorando la cúpula se pueden observar varios triángulos invertidos, símbolo del pubis femenino, que hacían llamada a la fertilidad.
