Érase una vez hace 4 millones de años: las avestruces vivieron en Lanzarote
Tras analizar los fósiles encontrados en el año 2012 en los yacimientos de Órzola, un estudio ha determinado que una avestruz del Plioceno vivió en Lanzarote hace 4 millones de años. Además estiman que su procedencia no es del continente africano sino que habría “saltado” desde la isla vecina de Fuerteventura.
Son ocho las campañas de excavación que han tenido lugar en los yacimientos de Valle Grande, Valle Chico y Fuente Guza, al norte de Lanzarote. Los investigadores María Antonia Perera y Antonio Sánchez Mato han asegurado que las cáscaras de huevos fósiles de ratites (aves grandes, de patas largas y no voladoras) no se asemejan a las características de las avestruces africanas. Afirman que se encontraban en las desaparecidas islas de Famara y Ajaches al que llegaron desde la isla más antigua de Canarias: Fuerteventura.
Una característica para entender este proceso de asimilación de especies ajenas es que Lanzarote es una isla volcánica que nació de erupciones submarinas lo que determina que toda su fauna y flora haya llegado desde fuera. Al contrario de lo que pudo pasar en otras islas, por ejemplo Madagascar, que se desligó del continente africano.
La distancia de 120 kilómetros con África, en cuya lengua de mar se alcanzan los 1.300 metros de profundidad, hacen pensar a los investigadores que en ningún momento las aguas bajaron tanto, ni en épocas de glaciación, como para que existiese un paso transitable entre Lanzarote y el continente.
La ratite encontrada en Órzola es la primera de la que se tiene conocimiento tanto en Canarias como en toda la Macaronesia. Tienen una antigüedad de entre 3,7 y 4,2 millones de años. De este modo se ha determinado que es la primera fauna que llegó a Canarias, y también, que es el primer caso documentado de una ratite alcanzando un isla.
Diez huevos y medio de los antepasados de las avestruces, cáscaras de huevos de tortugas terrestres, caracoles, vértebras de serpiente, celdas de insectos… Los investigadores pusieron en valor el material recopilado y la enorme extensión que ocupan los yacimientos del norte de Lanzarote, por lo que podrían plantear en un futuro la posibilidad de crear en la zona el Centro Paleontológico de Canarias.
