Dailo Barco: “Las imágenes del pasado pueden pasar de ser basura a ser patrimonio”
Dailo Barco (Santa Cruz de Tenerife, 1982) es licenciado en Sociología por la Universidad de La Laguna y Máster en Estudios de Cine y Audiovisual Contemporáneo por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. En 2012, codirigó el largometraje documental ‘Viudas blancas’, donde aborda una parte nunca contada de la emigración canaria a América. Ha trabajado en torno al concepto de la ‘memoria’ a través del cine con ‘Archipiélago fantasma’ o ‘Las postales de Roberto’ (2017). Es el responsable de la sección ‘La destiladera’ de la Muestra de Cine de Lanzarote que pretende rescatar y poner en valor el cine amateur rodado en la isla.
¿En qué consiste la sección ‘La destiladera?
Es un proyecto que tiene como objetivo recuperar, programar y analizar la historia fílmica que ha tenido Lanzarote. Imágenes grabadas por personas de aquí, videoaficionados, cineastas amateur, pero siempre buscando imágenes no institucionales. Nos interesan también las imágenes de turistas que han recogido con el objetivo de su cámara aspectos como el paisajístico, etnográfico, arquitectónico o cultural. El proyecto está abierto a cualquier tipología de imagen en movimiento que tenga que ver con Lanzarote y que no sea institucional.
¿Estas imágenes se circunscriben en algún periodo de tiempo concreto o están abiertas a todas las épocas?
Estamos abiertos a todas las épocas. Normalmente lo más usual es que haya imágenes sobre todo partir de final de los años 60, principios de los 70, cuando para tener una cámara había que tener cierto poder económico y el desarrollo va siendo mayor. La cámara Super 8 se crea en esa época que es la que acerca el cine a la población. Estas imágenes en principio tenían un destino íntimo y familiar por eso muchas se quedaron en caja de zapatos o muchas se han perdido. El proyecto quiere incentivar a que todo esto salga porque cada vez van tomando más valor. Esas cintas son capaces de captar y transmitir una época y nosotros podemos hacer una lectura de ese pasado desde el presente.
Entiendo que este es un proyecto vivo ya que se siguen encontrando y recibiendo imágenes.
El año pasado ya tuvo lugar la primera fase del proyecto de ‘La destiladera’ que se llamó “Celebracions domésticas” ya que los acontecimientos familiares eran los que las personas decidían grabar: cumpleaños, vacaciones, carnaval, procesión, romería… Este año vamos más por la idea de legado que suponen estas películas. Los materiales provienen en su mayor parte de trabajos que han hecho la Filmoteca Canaria conjunto con Memoria de Lanzarote. Este año, además, el invitado es Nicolás Laíz Placeres, artista plástico de la isla, del que hemos digitalizado parte de las películas que grabó su padre en los años 70.
Aparte de cineasta eres sociólogo, ¿qué aprendemos?, ¿qué descubrimos de nosotros mismo al ver imágenes del pasado?
Las imágenes tienen capacidad para dar una información aparte del valor estético que tiene el cine. Tienen un cariz, valor antropológico inesperado porque estas familias no grababan porque quisieran conservar la manera de vida de su familia. Eran solo recuerdos que a los investigadores nos pone ante un espejo. No hace falta que sea tu familia para reconocerte en ellas. Valoraban sacar la cámara en los momentos de celebración, pero este año tenemos imágenes que salen un poco de esa línea como, por ejemplo, cuando se hicieron las obras del alcantarillado de Arrecife en las que se ven la voladores con barrenos en las calles. Alguien decidió sacar esa imagen que se ha podido conservar.
Estas grabaciones, que no surgen con la idea de crear un producto cinematográfico, sino más como producto documental, al final y al cabo, son como las pruebas de nuestro paso por el mundo. Igual que los paleontólogos estudian los vestigios que encuentran en las excavaciones a partir de los cuales crean un relato, a partir de estas imágenes, dentro de muchos años, se crearán relatos de lo que fuimos.
Es algo así como la de arqueología de un pasado reciente por unos medios diferentes que es el del cine. El cine se democratizó en una época y por eso podemos disponer de toda esta serie de materiales. Estamos en la Muestra de Cine de Lanzarote y siempre se intenta cuidar la manera en la que están presentadas. Las imágenes son cine, lo que lo llamamos cine amateur, cine doméstico o cine llano. Nos transportan a otra época y cualquier persona que las ve amplia su memoria colectiva. Intentamos darle valor para que así la gente también le de valor y esas grabaciones no acaben en los rastros o directamente en la basura. La Filmoteca Canaria han encontrado muchas películas de valor en rastros y en cubos de basura. De ser basura a ser patrimonio, todo cambia según como lo mires.
Ahora que todos tenemos en el bolsillo una cámara mil veces mejor que las que se tenía antiguamente, ¿todo lo que grabamos ahora tiene el mismo valor que que lo que se está mostrando la sección?
Ahora que todos somos camarógrafos no profesionales y además distribuidores de nuestro contenido, porque elegimos de todo lo que grabamos los que subimos a las diferentes plataformas, eso también conforma una memoria colectiva del presente. Siempre me pregunto qué pasará con todo eso, dónde estará la filmoteca del futuro, cómo vamos a tratar todo ese material. Esto es una gran incógnita.
Al acabar teniendo gran cantidad de documentos, ¿se corre el peligro de que no le demos valor a lo que significa el propio documento?
Es ponerse a especular, pero a mí me da miedo que por la por la cantidad se valore mucho menos. Me planteo esta misma pregunta y no tengo una respuesta más allá de tener seguro que todo lo que se suba va a estar en unos servidores que son de propiedad privada. Esta será quizás la filmoteca del futuro.
La sección intenta llevar estas filmaciones a los distintos lugares de la isla.
Buscamos lugares distintos para proyectar. Por ejemplo, el otro día llevamos la sección al Teatro Municipal de Tías pero proyectamos en el escenario y no en el patio de butacas. En la medida de lo posible intentamos proyectar de manera diferente en los diferentes municipios.
¿Como valorarías el trabajo que se hace La Muestra? Los programadores de cine en Lanzarote no suelen creer que al público de la isla le interese un cine menos comercial, pero cada año La Muestra se va fortaleciendo y el público va respondiendo.
La Muestra de Cine de Lanzarote es uno de los proyectos de festival de cine más importantes de Canarias, es una referencia absoluta. El equipo que está detrás siente total pasión por el cine. Este es el cine que se está viendo en muchas partes del mundo en festivales de prestigio, el cine que hace las apuestas más innovadoras del momento. Se seleccionan siguiendo una línea para generar un debate, pero se trata muy bien a las películas y a los cineastas. No hay saturación porque puedes ver las películas sin que coincidan en horarios. Puedes conocer a los autores porque hay una proximidad real. Es una referencia.