Arminda Arteta: “Pancho Lasso fue el primer artista en mayúsculas que tuvo Lanzarote”
La historiadora de arte Arminda Arteta abordará en la conferencia ‘Pancho Lasso y su visión estética de Lanzarote’ no sólo su vinculación artística e ideológica asociada al movimiento surrealista de la Escuela de Vallecas, sino también su compromiso social y artístico con los lenguajes de las vanguardias históricas, así como la transmisión de los valores estéticos del paisaje insular a un joven César Manrique.
¿Por qué ahora está conferencia?
Está en el marco de la celebración del centenario de César Manrique. El Almacén ha puesto en marcha una serie de conferencias sobre el antes, el durante y el después de César Manrique. Conocer las influencias con las que pudo tener contacto y todo lo que de alguna manera marcó el devenir de su obra. Pancho Lasso jugó en esto un papel muy importante, sobre todo cuando regresó tras estallar la Guerra Civil a pesar de tener una carrera bien asentada en la Escuela de Vallecas. Ahí entra en contacto con un jovencísimo César Manrique, al que su padre está obligando a estudiar arquitectura. Pancho Lasso le transmite todas esas ideas frescas vanguardistas de la Escuela de Vallecas que se basaban en mirar al paisaje seco que rodeaba Madrid. A partir de ahí empiezan a poner en valor el paisaje de Lanzarote que hasta ese momento era sinónimo de miseria. Obviamente Manrique bebió de muchas fuentes, pero la de Pancho Lasso no se pone en valor lo suficiente.
El nombre de Pancho Lasso es sinónimo de arte en Lanzarote gracias a la escuela que lleva su nombre, ¿pero conocemos lo suficiente su obra?
Gracias a Santiago Alemán se le puso el nombre de Pancho Lasso a la Escuela. El desconocimiento de su obra es dramático porque fue el primer artista en mayúsculas que tuvo Lanzarote, fue el primer artista becado para ampliar sus estudios en el año 1925 en la Real Academia de San Fernando en Madrid. Hay varios motivos por los que no conocemos mucho su obra. Por un lado, su propio carácter: era muy introvertido, humilde, honesto. No tuvo la capacidad que sí tuvo Manrique de proyectarse hacia el exterior. Al llegar a Madrid Pancho Lasso decía que se sentía en “gallinero ajeno” posiblemente porque llegaba desde Lanzarote vacío de referencias. Después de la Guerra Civíl, abandona sus ideales marxistas y pasa un periodo de introspección donde su obra se mantiene dormida hasta los años 60. En ese momento se introduce en el arte de la medalla gracias a una iniciativa de la Casa de la Moneda. Pancho Lasso quería un museo modesto en Lanzarote donde pudiese estar su obra para ponerla al servicio del pueblo. Gracias a esa fama que adquiere con la realización de medallas se le encarga alguna obra pública en Lanzarote como la escultura homenaje al Dr. Molina Orosa o el busto de Blas Cabrera Felipe. En junio del año 1973 se le hace por primera vez una exposición antológica, pero ni siquiera la pudo ver porque falleció a principios de año. Gracias a la lucha de su hija, en los años 80 se trae parte de su obra al MIAC, pero seguimos sin conocer bien su obra.
Sin pretensión de buscar la polémica, con todo lo que es César Manrique para Lanzarote, al mismo tiempo puede haber eclipsado el trabajo de otros artistas como Pancho Lasso.
Que Pancho Lasso no fuera propenso a la exposición pública hizo que quedara totalmente eclipsado. Primero por Alberto Sánchez en la Escuela de Vallecas y luego por César Manrique en Lanzarote. Manrique fue el artista global de la isla, el que la preparó para la llegada del turismo y el creador de esa marca Lanzarote. No fue la voluntad de Manrique, pero sí estoy de acuerdo en que la interpretación que hemos hecho después de su fallecimiento hace parecer que solo lo que él hacía era válido. Esto es algo muy injusto y tenemos que cambiar un poco esta mirada. El Almacén está visibilizando a artistas locales. También hay grupos jóvenes, como Parto Cerebral, que están trabajando para que cambiemos esa mirada.
¿Cómo ves la evolución del arte que se está creando en Lanzarote?
El arte que se está haciendo va acorde al mundo contemporáneo que vivimos. La fotografía de Gérson Díaz, David GP o Emma López-Leyton o los artistas salidos de la Escuela de La Laguna son un gran ejemplo. Hay una serie de géneros abiertos que está enriqueciendo quizás una nueva marca Lanzarote. Es un reflejo de la sociedad multicultural en la que vivimos.
¿Debe Lanzarote tirar por el camino de derribar el mito de Manrique? ¿Por el de seguirlo? ¿O quizás es posible la coexistencia?
Creo que ambos caminos son perfectamente compatibles. César Manrique es un clásico para la isla, pero la sociedad evoluciona y hay que avanzar hasta lo contemporáneo. Siempre se puede hacer algo de pedagogía a este respecto a través de, como hace El Almacén, visitas guiadas, pero son totalmente compatibles. Por un lado, a Manrique lo asociamos con Lanzarote y viceversa, pero por supuesto es necesario que haya nuevas vías de interpretación que lo único que hacen es enriquecer el panorama artístico.
Con la inauguración del Museo Arqueológico, se presentó una exposición temporal en la que también has trabajado, ¿de qué se trata?
Se nos encargó una exposición que diera conocimiento sobre la familia de Don Fermín Rodríguez, que había construido la vivienda del Museo. Se habla de las características de los propietarios, Don Fermín y su mujer Doña Manuela García. Esta casa sin estos propietarios no habría sido posible porque correspondían al prototipo de burgués de inicios del Siglo XX. En la exposición se recorre la historia esta vivienda y las otras propiedades de la familia, las teorías sobre su construcción… Hacemos también una evolución histórica-urbanística de Arrecife haciendo hincapié en la necesidad de proteger el patrimonio histórico que todavía atesora Arrecife y que está en peligro de extinción. “A Arrecife se le está dejando atrás el alma”, dijo Leandro Perdomo. En la exposición también hacemos alusión a la frase de César Manrique “saber ver y no mirar es la clave del conocimiento”. Arrecife se merece una mirada un poco más amable.
Pancho Lasso también dijo que “Arrecife es solo el reflejo de sus moradores”. Habría que tener ya un especial cuidado en el mantenimiento del patrimonio de la capital.
La función de Vanessa Rodríguez, como diseñadora de la exposición, y la mía era simplemente intentar que la gente levantase la mirada. Tenemos que ser conscientes de lo que tenemos, ponerlo en valor y a partir de ahí, cada uno en su día a día, puede hacer algo para cambiar las cosas. A través de las redes sociales hemos desarrollado como una segunda parte de la exposición para intentar que la gente descubra esas pequeñas joyas de nuestro patrimonio. Nos hemos dado cuenta de que sí que hay mucho interés.
¿Qué vamos a conocer de Pancho Lasso en conferencia?
La intención es hacer un recorrido por toda su obra, ver como fue evolucionando y que a pesar de la variedad de estilos siempre tuvo dos pilares: el compromiso social con el pueblo y el amor hacia su isla natal. Incidiré en el encuentro con César Manrique para descubrir los orígenes de los planteamientos espaciales de Manrique.