El impecable trabajo de Delirium Teatro en ‘Fausto’
Cincuenta años después de su desaparición, los escenarios canarios pueden revivir, durante noventa minutos, el misterio de ‘El Fausto’ gracias a la obra de teatro pergeñada por Delirium Teatro.
El texto de Antonio Tabares pone sobre la tarima un inconmensurable despliegue de recursos teatrales para narrar la desesperación del pesquero desde el punto de vista de los marineros, pero sobre todo desde el punto de vista de sus mujeres. La desesperación de no atisbar su llegada al Puerto de Tazacorte se traslada al espectador en todo momento, sin excepción.
Irene Álvarez, Lioba Herrera, Carmen Hernández y Soraya González Del Rosario llenan el escenario con sus interpretaciones, tanto en el papel de las mujeres como en el de los propios hombres que resultaron desaparecidos. También en el de cualquier personaje que tuviera algo que decir en la historia fáustica. Los cambios de escena y escenario se hacen de manera orgánica, con una fluidez predominante que acaba por convertirse en otro de los personajes de la obra. La tensión no rompe, la historia se ancla.
Los personajes destruyen la cuarta pared en varias ocasiones para explicar al público el proceso de creación de la propia obra. Lejos de ralentizar, este recurso aumenta la trascendencia de la propia historia porque el contacto entre la voz y las miradas de las actrices con las del público asaltan el campo de la realidad, dejando claro que lo que se pone en escena no es ficción a pesar de parecerlo.
En el aspecto técnico, el diseño de las luces, también tiene su preponderancia en la creación de ambientes. Y es digno de mención que en toda la representación la música proviniera de un acordeón tocado en directo por el músico Pablo Pérez.
El resultado es digno de ser visto y representado por todas las razones posibles. Historia, interpretaciones, dirección, teatralidad, y por narrar la tétrica historia de ‘El Fausto’ el barco que despareció tres veces.