Identificadas las monedas más antiguas en el contexto arqueológico en Lanzarote
La segunda campaña de excavaciones arqueológicas en el yacimiento de San Marcial de Rubicón (Yaiza, Lanzarote) está aportando información material realmente novedosa sobre los primeros años de la conquista de las Islas Canarias. Con este proyecto, adscrito al convenio de colaboración entre el Gobierno de Canarias, el Ayuntamiento de Yaiza, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la Universidad de La Laguna, se han podido localizar, entre otros hallazgos de interés, las monedas más antiguas del archipiélago dentro de un contexto arqueológico, a excepción del dinero de vellón de Jaime II exhumado en la Cueva Pintada de Gáldar.
Esta mañana se han presentado en rueda de prensa los resultados de la última campaña de excavaciones en esta zona del sur de la isla con la participación de Nona Perera, directora general de Patrimonio Cultural, Óscar Noda, alcalde del Ayuntamiento de Yaiza, Esther Chávez y María del Cristo González, codirectoras del proyecto de investigación y profesoras de la ULL y de la ULPGC, respectivamente.
En su intervención ante los medios de comunicación, Nona Perera, anunció que en estos momentos “se está tramitando un nuevo convenio, que con una vigencia de 2 años garantizará la continuidad de las investigaciones en san Marcial de Rubicón”. La titular del área del Gobierno explicó que “la segunda campaña desarrollada está resultando muy fructífera y extraordinaria por la cantidad de información novedosa que se aporta al conocimiento sobre los primeros momentos de la conquista y del sometimiento de la población nativa de la isla.
Dentro de las piezas que se han exhumado, destaca la gran cantidad de cerámica tanto aborigen como colonial ya que permite fechar ciertas zonas del yacimiento pero sin duda, el descubrimiento más excepcional de esta última campaña ha sido el conjunto de monedas hallado en dos de las áreas excavadas, las denominadas zona fabril y zona de hábitat europeo.
“Ocho de las nueve monedas han sido atribuidas a las acuñaciones de Enrique II o Enrique III, denominadas como “dineros coronados” o “cornados” porque representan el busto coronado del rey de perfil y mirando a la izquierda, aunque el estudio numismático todavía se encuentra en fase de discusión por Manuel Mozo y Ana Serrano. Aun así, se trata del hallazgo inédito al tratarse de los elementos monetarios más antiguos descubiertos en un contexto arqueológico en la isla” explica María del Cristo González .
Ahora bien, lo que realmente convierte este hallazgo en un descubrimiento singular es que todas las monedas llevan una contramarca que representa una letra “B” gótica. Es de sobra conocido, así aparece en la crónica Le Canarien y lo ratifica la documentación administrativa, que el rey otorgó a Jean de Bethencourt la facultad de acuñar monedas y también que la ausencia de metales en las islas impidió al primer conquistador y señor de Canarias hacer realidad esta prerrogativa, reservada siempre a la realeza.
El equipo conformado por las dos universidades públicas canarias se plantea si no será este sello la prueba de que Jean de Bethencourt logró hacer realidad esa regalía, haciendo imprimir la inicial de su apellido en las monedas en curso. Tal y como explica María del Cristo González, “estamos ante un hallazgo monetario que, a día de hoy, es único y relevante, no solo para las islas, sino también para la numismática peninsular, en donde no parece haber ejemplos tan antiguos de esta práctica”, todo ello si se llegase a confirmar esta teoría.
Las piezas rescatadas en los meses de septiembre y octubre de 2021 han sido estudiadas por personal investigador y alumnado en el Laboratorio de Arqueología y Prehistoria de la ULL. En el caso de las monedas, debido a su frágil estado de conservación, tuvieron que ser limpiadas y consolidadas por una restauradora especializada antes de su estudio, Patricia Prieto, restauradora de la Cueva Pintada de Gáldar, fue la encargada de realizar estas intervenciones.
Otros hallazgos
El trabajo de campo también permitió documentar los vestigios de recintos domésticos asociados a las personas que formaron parte de las huestes comandadas por los conquistadores franco-normandos, Gadifer de la Salle y Jean de Bethancourt, así como por algunas mujeres que los acompañaron.
En este sentido, la actividad arqueológica constató el uso del tapial, una técnica consistente en el levantamiento de muros mediante el uso de un encofrado de madera dentro del cual se vertía tierra arcillosa húmeda que era compactada a golpes con un pisón. “Esta técnica, usada con profusión según la documentación administrativa durante el período de transición colonial y de conquista definitiva de las islas Canarias, no había sido registrada arqueológicamente hasta el momento”, afirma la arqueóloga Esther Chávez .
El interior de estos muros albergaba esa convivencia de cerámicas indígenas y coloniales, estas últimas datadas en la segunda mitad del siglo XIV y primera mitad del siglo XV en la península. Estos hallazgos ayudan a definir espacios, ya que hay algunas zonas donde la presencia de cerámicas de procedencia aborigen es del 95% mientras que en otras, es mayoritario el porcentaje de cerámica colonial, lo que quiere decir que hay zonas donde vive la sociedad aborigen y otras donde vive la sociedad europea de manera casi independiente.