La Cámara de Comercio reivindica con un vídeo un pacto por el paisaje de Lanzarote
Hace 60 años hubiera sido impensable encontrar la cartelería que hoy tapiza nuestro paisaje, los vertederos ilegales que salpican la isla, la suciedad y el descuido que tiñe nuestro entorno. Nos vamos acostumbrando y como la rana cocida a fuego lento, sin darnos cuenta, estamos perdiendo la identidad que nos ha hecho únicos. Poco a poco, en silencio.
Este año, Pacto por el Paisaje
Como viene siendo tradición por estas fechas, la Cámara de Comercio de Lanzarote y La Graciosa pide a los Reyes Magos, a través de un vídeo, que se firme un pacto por el paisaje. Propone un plan de acción en el que se comprometa la administración local, los agentes sociales y económicos y la ciudadanía en general. Para ello, planifica una serie de reuniones con todos los ayuntamientos, asociaciones empresariales y sociales y organizaciones no gubernamentales. Para buscar el compromiso firme y decidido que defienda nuestro paisaje.
La carta audiovisual enviada a Sus Majestades de Oriente invita a reflexionar en la mirada que tenían nuestros abuelos. Una mirada de compromiso y respeto tan profunda que permitió la fusión de la vida y la actividad económica con el paisaje, creando un espectáculo inédito y singular, motor del principal recurso económico de la isla.
Estudios como el “BioCrit, Análisis crítico del actual paisaje insular de Lanzarote” promovido y publicado por la Reserva de la Biosfera del Cabildo de Lanzarote en 2018, plantean la necesidad de reeditar el compromiso social en defensa del paisaje de la isla. Los arquitectos redactores de este estudio señalan la distorsión de la ‘Marca Lanzarote’ y proponen, tras el análisis diagnóstico, una serie de directrices necesarias. La hoja de ruta existe, solo hay que aplicarla.
Nuestros antepasados asumieron la visión del modelo manriqueño de la Isla Arte que nos hizo mundialmente conocidos. Hoy, a un paso de perder esa esencia, hay que hacer uso de la valentía y exigir a las grandes corporaciones y multinacionales que se adapten a la norma estética local, preservando la expresión cromática y morfológica de nuestro singular paisaje. Debemos exigirnos el compromiso de estar vigilantes con el diseño de las redes viarias, las rotondas, las vías ciclistas, las pistas y los senderos. Prestar atención a las estructuras creadas en el territorio, los paisajes naturales, rurales y urbanos. Atender a la arquitectura y las infraestructuras que se desarrollan, a los espacios libres y al paisaje en general. Si perdemos nuestra singularidad y caemos en lo estándar, corremos el riesgo de convertirnos en un destino vulgar.