Se inicia un proyecto que busca la recuperación históricas de las maretas de Teguise
Para comprender la historia de Canarias es muy importante tener en cuenta la cultura del agua pero más aún en Lanzarote, donde su desarrollo social, económico y cultural se ha visto condicionado por la escasez de agua. Desde la época aborigen existen estrategias para conseguir este bien escaso en la Isla y una de ellas es a través de las maretas. Una mareta es una hondonada que almacena agua de lluvia, como una balsa o depósito artificial, y hasta finales del siglo XIX su agua filtrada se usaba para consumo humano, animal y de riego. Se trata de unos bienes comunales que eran mantenidos y conservados por la población pero que a día de hoy se han perdido.
Con la intención de recuperar su uso, la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias desarrolla el proyecto de recuperación histórica de las antiguas maretas de Teguise, Lanzarote. El trabajo, que cuenta con el aval científico de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, pretende rescatar la historia de estas infraestructuras hidráulicas para ponerlas en valor de cara a futuras fases de este proyecto con la restauración, consolidación y difusión. Además, su estudio plantea novedosos interrogantes sobre la posible futura reutilización de las mismas, ya que la falta de agua sigue siendo un grave problema en la isla de Lanzarote.
La directora general de Patrimonio Cultural, Nona Perera, se acercó a la mareta de las Mares junto al equipo de especialistas compuesto por Jesús Manuel Cáceres, arqueólogo; Julie Campagne, antropóloga, y Moisés Tejera, geógrafo, para comprobar su estado de conservación actual.
La sostenibilidad de Canarias es un tema que preocupa a esta área del Gobierno, por eso se le da importancia a “investigar cuestiones del pasado que nos sirven para vivir el presente, en este caso, de recopilar todo el conocimiento que atesoran las personas mayores que conocen y que han dependido del agua, por ejemplo, recogida en la maretas para vivir”, especifica Perera. “La finalidad última de la Dirección General es poner en uso las maretas que desde la época aborigen estuvieron vigentes” para cumplir con la agenda 2030, “ponemos en valor los recursos hídricos que se han cumplimentado a lo largo de los siglos, el conocimiento que hemos heredado y damos vida al campo en la medida en que podemos utilizar el agua de lluvia que capta y que almacenan las maretas para afrontar la aridez y la sequedad tan tradicional y que marca a Lanzarote”, concluye la directora general.
Al respecto, Jesús Cáceres, director del proyecto, considera que existe una “gran concienciación a la cultura del agua” en Lanzarote, y de hecho, hay numerosos trabajos sobre esta temática en la Isla “pero nunca se ha realizado un trabajo monográfico sobre las maretas que estuvieron por detrás de la Gran Mareta de Teguise, que son la Mareta de las Arenillas y la Mareta de las Mares”, como es el caso. Este estudio fue motivado por el deplorable estado de conservación de estas dos maretas, cubiertas por la tierra y el paso del tiempo, pero poco a poco se podrá ir visualizando toda la estructura que las conforman.
En cuanto a la metodología, se lleva a cabo una prospección arqueológica sin sondeo físico ni recogida de material, con objeto de determinar el contexto cultural sobre el terreno de las infraestructuras hidráulicas descritas, algunas de las cuales se tiene constancia de que han desaparecido y realizar los levantamientos topográficos de las que aún perduren.
Cabe recordar que “en casi toda la zona de influencia de las maretas encontramos restos y vestigios de cerámica y cultura material de época pre-europea”, asegura Cáceres. Asimismo, la recopilación documental de material bibliográfico, archivístico, audiovisual acerca de estos elementos hidráulicos se hace fundamental, por lo que se trabaja en los fondos documentales del Servicio de Patrimonio de Lanzarote y de los Archivos históricos municipales: Archivo Histórico de Teguise y Archivo Histórico de Arrecife.
Finalmente, la parte más importante de todas es las entrevistas. “Estamos recogiendo las voces de muchas de las personas que vivieron en el entorno de estas maretas, ya que estamos recogiendo datos, señas y lugares que a día de hoy no está recogido ni ningún tipo de documento” porque “solo entrevistando a nuestros mayores y recuperando su memoria colectiva podemos recoger muchos de los elementos que están perdidos en el territorio”, hace hincapié el arqueólogo.
En definitiva, esta primera fase del proyecto etnográfico se centra sobre todo en la recopilación de información y documentación pero sin olvidar que el objetivo final de este trabajo es revivir este patrimonio en el futuro.